Ayer estuvimos visitando las facultades de Física, Química y Matemáticas de la Universidad de Sevilla . Esta visita se enmarcaba dentro de un programa de divulgación científica llamado VII Semana de la Ciencia . Entre las actividades que podían realizarse se encontraban visitas como la de ayer a centros universitarios así como a exposiciones, jornadas de puertas abiertas en centros de investigación, etc.
Elegí esta opción por dos razones principales. La primera porque podía visitar mi antigua facultad (Física) y la segunda porque podíamos visitar a un profesor de dicha facultad, Manuel Lozano Leyva, autor del libro "De Arquímedes a Einstein" que he propuesto a mis alumnos y alumnas como lectura obligatoria para este curso. Desafortunadamente no pudimos contar con él por obligaciones profesionales.
Yo me lo he pasado en grande con ellos (pero que no se entere nadie).
Existe otra razón...Dado el alumnado con el que cuento este año y las ganas con las que veo que se están tomando la asignatura, intuyo que más de uno o una va a encaminarse a estudiar carreras universitarias de ciencias puras ¿cómo no abrirles el apetito con la visita a estos lugares emblemáticos?
No sé si algún día llegaré a descubrirlo, pero me encantaría que algunos de estos alumnos/as me confirmaran (o desmintieran) si esta visita desequilibró la balanza hacia algún lado.
Esta es una de las crudezas de la profesión docente: no saber hacia dónde se dirigieron nuestros esfuerzos con nuestros alumnos/as.
Muchas veces pienso en la posibilidad de que se abra la puerta de mi centro, aparezca un alumno/a de hace más de 10 años, con una carrera profesional en construcción y que me cuente cómo le van las cosas y de qué manera, si la hubo, yo le ayudé. Evidentemente al café invito yo.
Sí amigos, los docentes sembramos,y mucho, pero no llegamos a ver apenas los frutos. Es un poco duro pero más vale tenerlo claro desde el principio.
Este post me está recordando que le debo una visita a alguien.
Gracias a todos los que han hecho que hoy esté aquí.
Elegí esta opción por dos razones principales. La primera porque podía visitar mi antigua facultad (Física) y la segunda porque podíamos visitar a un profesor de dicha facultad, Manuel Lozano Leyva, autor del libro "De Arquímedes a Einstein" que he propuesto a mis alumnos y alumnas como lectura obligatoria para este curso. Desafortunadamente no pudimos contar con él por obligaciones profesionales.
Yo me lo he pasado en grande con ellos (pero que no se entere nadie).
Existe otra razón...Dado el alumnado con el que cuento este año y las ganas con las que veo que se están tomando la asignatura, intuyo que más de uno o una va a encaminarse a estudiar carreras universitarias de ciencias puras ¿cómo no abrirles el apetito con la visita a estos lugares emblemáticos?
No sé si algún día llegaré a descubrirlo, pero me encantaría que algunos de estos alumnos/as me confirmaran (o desmintieran) si esta visita desequilibró la balanza hacia algún lado.
Esta es una de las crudezas de la profesión docente: no saber hacia dónde se dirigieron nuestros esfuerzos con nuestros alumnos/as.
Muchas veces pienso en la posibilidad de que se abra la puerta de mi centro, aparezca un alumno/a de hace más de 10 años, con una carrera profesional en construcción y que me cuente cómo le van las cosas y de qué manera, si la hubo, yo le ayudé. Evidentemente al café invito yo.
Sí amigos, los docentes sembramos,y mucho, pero no llegamos a ver apenas los frutos. Es un poco duro pero más vale tenerlo claro desde el principio.
Este post me está recordando que le debo una visita a alguien.
Gracias a todos los que han hecho que hoy esté aquí.
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